Corría el año 1885, y sucedía a Madre Mazzarello en la animación del Instituto Madre Catalina Daghero. Las Hijas de María Auxiliadora estábamos creciendo en el mundo, cuando un misionero franciscano, el Padre Luis Torrá, como promesa a la Virgen por una gracia concedida, escribió y difundió en el Perú la vida de Don Bosco y la devoción a María Auxiliadora. Mientras tanto, el Dr. Manuel Candamo, que entonces era presidente de la Beneficencia Pública de Lima y luego fue presidente del Perú, había recibido un donativo para la institución de una obra a favor de los niños pobres y abandonados. Pensó entonces en las Hijas de María Auxiliadora para las niñas y en los Salesianos para los niños, abriendo así de este modo el camino a la obra salesiana en el Perú. Luego de las gestiones respectivas, el 26 de julio de 1890, en Turín, se suscribía el Contrato entre la Beneficencia Pública de Lima, representada por el Dr. José Canevaro y la Congregación Salesiana, representada por el Rector Mayor Don Miguel Rúa. Ese mismo año, pasaban por Lima dos Salesianos con destino a Ecuador y Colombia. Uno de ellos, Don Ángel Savio, a pedido de Don Rúa se quedó quince días en Lima para tratar el asunto de la fundación, antes que llegara Don Santiago Costamagna para conocer la nueva tierra de misión y ultimar detalles respecto a la nueva presencia en el Perú. En 1891, en la Basílica de María Auxiliadora en Turín, se realizó la solemne despedida de la nueva expedición misionera. El padre Carlos Pane, otros Salesianos y nuestras Hermanas emprendieron viaje y, tras 45 días surcando mares y aprendiendo el castellano, llegaron el 28 de septiembre de 1891 al puerto del Callao. La presencia de las Hijas de María Auxiliadora en la ciudad imperial del Cusco El 11 de Junio de 1906, fecha histórica, tras gestiones realizadas en la ciudad de Lima, por los parlamentarios cusqueños Senador Dr. Telémaco Orihuela y el Diputado Dr. Fernando Pacheco, llega a la Imperial ciudad del Cusco, una delegación de cinco hermanas del Instituto de la Hijas de María Auxiliadora, para fundar una nueva casa. Ellas fueron Sor Juana Taroni, como Directora, Sor Marcelina Sinelli, Sor Dominga Zaligari, Sor Victoria Orihuela (Cusqueña) y Sor Teresa Preiswerk, quienes a su arribo fueron recepcionadas por la Srta. Rosa Falcón, hermana del Obispo de la Diócesis Monseñor Antonio Falcón y hospedadas en el Palacio Episcopal. El 09 de Julio, el nuevo colegio abrió sus puertas en el local del antiguo Noviciado de los Jesuitas, cedido por el Prefecto Dr. Pablo Arana. Sin embargo, en horas de la tarde ocurrió un hecho insólito, debido a la llegada intempestiva de una Guarnición Militar, para reprimir disturbios que se habían producido en la ciudad, las hermanas tuvieron que desocupar de inmediato el local inaugurado en horas de la mañana para dar hospedaje a los solados de guarnición. El colegio temporalmente se trasladó a la casa de la Srta. Falcón. El 14 de agosto pasó a ocupar la parte desocupada del antiguo Hospital de “San Andrés” en la esquina de la calle San Andrés y Ayacucho, hoy propiedad de la Beneficencia Pública, dando inició a sus labores educativas con 70 alumnas, dando inició además al Primer Oratorio Festivo de Don Bosco. En 1908, adquirieron la casona solariega – del que fuera propietario el Conquistador Don Jerónimo de Cabrera- en la plazoleta de Las Nazarenas a dos cuadras de la Plaza Mayor adonde se trasladaron el 28 de abril del mismo año, adquiriendo posteriormente los inmuebles aledaños. El violento sismo del 21 de mayo de 1950, daña considerablemente la estructura física del local y no contando con la fuerte inversión económica requerida para su reconstrucción, se decide la venta a una entidad bancaria, siendo en la actualidad, Casa Cabrera- Museo de Arte Precolombino. Se inicia de manera simultánea la construcción de su moderno local, entre las calles Pumacurco y Huaynapata. En 1926 por RM 7445 se autoriza el funcionamiento del nivel primario y la Sección de Economía Doméstica, para jóvenes de 14 a 20 años de escasos recursos económicos; ofreciéndoles además los cursos de alfabetización, cocina, lavado, planchado. En 1938 por RM. 2921, se autoriza el funcionamiento de 1° a 3° de secundaria, ampliándose en 1940 para 4° y 5° de secundaria,contando hasta la fecha con la presencia salesiana en la ciudad del Cusco.



